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Tediósfera

El país de las injurias

El país de las injurias

Pensemos en dos deportes peligrosos: hacer caricaturas de Mahoma y darle a la Bandera nacional funciones sanitarias. De una ya se sabe: millones de musulmanes iracundos y no pocos integristas lanzando amenazas de muerte a periódicos y otros medios. Su razón: apoyados en El Corán, reprueban cualquier representación del profeta. De la otra ya se supo: un amparo negado por la Suprema Corte y la reciente petición de algunos extremistas, perdón, de la PGR de dar prisión o multa (y de preferencia ambos castigos) al escritor campechano Sergio Witz, por haber difundido el poema “La patria entre la mierda”. Su razón: apoyados en el Código Penal Federal, la Procuraduría argumenta que los “patrios pendones” sólo pueden ser empapados por “olas de sangre” y por ningún otro fluido más.

Transcribo a continuación la noticia que da cuenta de este insólito suceso:

 

A prisión por injurias 
Campeche, Campeche (AP).- Pocos días de libertad le quedan al delincuente literario Sergio Hernán Witz Rodríguez y/o Sergio Hernán Huitz Rodríguez (a) “el Poeta”, de 46 años de edad y de profesión maestro universitario, por injurias contra la Bandera mexicana, casada, de profesión símbolo patrio, quien no especificó su edad, pero a la que se adivinaron múltiples cirugías.

Los hechos se registraron el pasado viernes, alrededor de las seis de la tarde, en Campeche. El sujeto fue detenido por elementos de la Procuraduría General de la República, quienes en un recorrido de vigilancia fueron abordados por Abel Santacruz Menchaca, de profesión lector de revistas de poco tiraje, que mientras señalaba a una persona del género masculino, lo acusó de faltarle el respeto a la Bandera mexicana e imputarle “funciones poco decorosas”, entre ellas las de papel higiénico. “Cosas horribles que no puedo ni repetir”, añadió el denunciante, hecho un energúmeno.

Los agentes arrestaron a Witz, quien se defendió arguyendo su derecho a la expresión. “¿Quién apela a la libertad de expresión en estos días?”, dijo uno de los policías. “Ésa fue prueba suficiente para determinar que el sujeto estaba en completo estado de ebriedad”.

En consecuencia se abrió la averiguación previa 7361/II/2002, sustentándose en el artículo 191 del Código. La policía decomisó el arma, un texto de 21 líneas afilado y enmohecido, pero nada hizo con el cuerpo de la víctima, quien hasta ese momento sólo ondeaba, algo indignada y de perfil. Ninguno de los presentes cuestionó el hedor que podía percibirse en el lugar de los hechos.

 

Witz
El delincuente. Arriba dice: "Se reciben visitas las 24 horas"

¿En verdad se trata de un texto tan agraviante como para despertar todo este escándalo?, ¿se merece Sergio Witz todo el peso de la ley por el escrito en cuestión? Leámoslo de nuevo y descubramos que desde el punto de vista estrictamente literario, nos encontramos – qué duda cabe- ante un mal poema:

 

ARTÍCULO 191

 

Al que ultraje

el escudo de la República

o el Pabellón Nacional,

ya sea de palabra

o de obra, se le aplicará

de seis meses a cuatro años

de prisión

o multa de cincuenta

a tres mil pesos

o ambas sanciones,

a juicio de juez.

 

 

 

¿No creen ustedes que “a juicio de juez” es una expresión cacofónica?, pero más grave que eso ¿funciona con efectividad el verso libre?, ¿no sería mejor acudir de nuevo a las rimas que todo lo perdonan, sobre todo si se trata de canciones patrias?

 

Al que ultraje en México al Pabellón

en palabra, obra u omisión

recibirá hasta cuatro años de prisión

o por lo menos una multa de sanción

 

Con una ley tan clara sorprende que la PGR analizara cinco diccionarios para concluir que el poema SÍ constituye un ultraje a la Bandera nacional. Según El Universal, tres de los volúmenes consultados fueron el de la Lengua Española, el de la Real Academia Española y el Pequeño Larousse Ilustrado. De los otros dos no se sabe, pero se sospecha que fueron el Diccionario de Charlie Brown y el de Christopher Domínguez Michael (aunque este último despertara discrepancias entre los mismos peritos, que se declararon “poco pacianos”).

Hubiera dado lo que sea por presenciar las discusiones entre expertos de la PGR sobre el delito que encierra un texto literario. 


Barthes

“Comandante Greimas, en este seudopoema podemos apreciar tres aspectos de la semiótica sobre la unidad sustancial de su objeto (es decir la bandera) y el texto que se representa exteriormente por medio de un signo ya sea literario o proctológico”. 

Greimas

“No estoy tan seguro, mi estimado agente Barthes, tengo la impresión de que el escrito en cuestión es la manifestación de un signo connotativo complejo, un sistema de producción de sentido (el texto) cuya sustancia de la expresión proviene de una planta tratadora de aguas negras”.

Barthes

“Comandante, disculpe mi atrevimiento, pero tengo mis dudas, sobre todo en el enunciado ‘Me seco el orín’. ¿Se referirá Witz a la ausencia de un Ser Supremo o a la angustia del hombre contemporáneo?”

Greimas
“No lo sé. Ha sido el verso que más me ha costado descifrar. Estuve toda la noche tratando de hablar con el fiscal Eco al respecto, pero estaba demasiado ocupado leyendo novelas policíacas. Mejor demos otra revisada al Manual del buen decir para despejar nuestras dudas”.


Barthes

“Así será, comandante”.


Finalmente y a manera de colofón para este insólito proceso judicial, transcribo el desplegado que hiciera la revista Letrinas Libres al respecto:

Nos avergüenza que se usen los nombres de desechos corporales para hablar de la Bandera. Los desechos y los fluidos son sagrados y sólo merecen ser mencionados en los albures, en las consultas médicas, en las paredes de los baños públicos o en las pláticas entre adolescentes. Reprobamos cualquier otra utilización de esas palabras en otros sitios, supuestamente literarios, como la poesía, la música o los programas infantiles, y pedimos todo el peso de la ley para el escritor Sergio Witz, por denigrar las funciones de nuestro hermoso cuerpo en su lamentable texto "La P… entre la mierda".

Así sea.

6 comentarios

Daniel -

Me gustaria hacer mención que la Suprema Corte de Justicia de la Nación no disertaba acerca del poema sino, por cuestiones de la misma defensa de Huitz, sobre la inconstitucionalidad del artículo 191 del Código Penal Federal...
Y me gustaría agregar a este comentario que el hecho otorgarle el amparo y protección de la justicia federal y de sentar procedente pondría en grave riesgo nuestra identidad nacional ya que nuestra ley es aplicable para toda persona que se encuentre dentro del territorio nacional por lo cual, basado en la facultad de exégesis con la cual cuenta la Suprema Corte y la capacidad de producir jurisprudencia podríamos hablar de que cualquiera podría mancillar nuestros símbolos nacionales a la medida de su gusto...
Por último me permito hacer mención de que una persona no puede ser jusgada dos veces por el mismo delito, por lo cual inferimos que si se le otorgaba el amparo a este poeta podría transgredir las veces que quisiera los simbolos nacionales de igual o peor forma...

p -

¿No se supone que la Constitución le gana al Código Penal? Y ya sabes lo que dice en los artículos 6 y 7, de que nada más se vale perseguir al que atente contra la moral y el orden público, o algo por el estilo. ¿Quién es la víctima del crimen que cometió este pobre gordo? No me vengan con que el problema es la falta a la moral, que para el caso tendrían que quitar el 80% de los programas que pasan en la tele. En cuanto al orden público, menos. No creo que nadie se haya alebrestado al leer el poema. Para el caso que enjaulen a la bola de prófugos de la batea del FAP (que más bien debería llamarse "fab", como el que usan las chachas para lavar los platos), que esos sí están alterando el orden y la paz pública. ¿Qué ganan persiguiendo a este infeliz?

Daryl -

¡Excelente artículo!

Metis -

JAJAJA! que ocurencias las suyas, que la PGR analizó cinco diccionarios para concluir que el poema del escritor Sergio Witz si ultraja a la Bandera Nacional. Me gustó mucho!

María Eugenia -

excelente!!!!!!!!

rodrigo solís -

Eres un maldito genio. No se te olvide que ya firmaste exclusividad con Pildorita de la Felicidad (no puedes alegar estado de ebriedad para echarte para atrás). Nuestros ilustres abogados están redactando el contrato para poder esta semana comenzar a publicarte. Y espero que ahora no vengan a nuestras oficinas a reclamar los de Letras Libres y Fundaciones mexicanas de sabrá Dios qué a reclamar derechos de autor.