El año en que la política se quedó sin palabras
La huelga de guionistas en Estados Unidos, que ya va por su tercer mes, cobró este domingo una víctima más: la ceremonia de los Globos de Oro. ¿Por qué?
Entre otras cosas, porque los simpáticos y naturales anfitriones de ésta y otras premiaciones se quedaron sin nada que decir entre galardón y galardón: no había quien les escribiera las bromas.
Sólo hasta este momento en que empiezan a suspenderse las grandes galas, en que las series norteamericanas están llegando al límite de su reserva de capítulos pregrabados y en que la amenaza de más reality shows se cierne sobre nuestras cabezas, volvemos la vista hacia la importancia de los escritores, esos señores que desde la sombra hacen posible la televisión y el cine.
“Pero eso es en Estados Unidos”, me dirá alguien y no le faltará razón. “En un país como el nuestro donde se puede hacer televisión sin el mínimo de literatura, por no decir el mínimo de inteligencia, los escritores nunca serán capaces de desestabilizar a los grandes medios”.
Pero imaginemos este caso: que no sean los guionistas de Hollywood sino los escritores de esa otra ficción que es la política local, quienes se pusieran en huelga. Entonces, el colapso sobrevendría de un modo distinto.
Pensemos en la siguiente noticia:
Huelga de guionistas afecta entrega de premio
San Francisco de Campeche, Campeche (EFE).- Uno de los eventos más importantes en el estado -la entrega de la medalla Justo Sierra- ha sido suspendido, debido a la huelga que desde hace nueve semanas mantienen los guionistas políticos en la entidad. Debido al paro del Sindicato de Escritores, los oradores de tan importante ceremonia se quedaron sin discursos y el evento se limitó a una desangelada rueda de prensa donde se anunció al ganador.
La huelga de guionistas ha empezado a cobrar estragos en la poderosa industria de la política campechana. La administración estatal ha decidido cancelar sus ceremonias cívicas por falta de palabras oficiales y ha anunciado el despido de decenas de edecanes y del servicio de banquetes. Los partidos por su parte han dejado de enviar comunicados para fijar posturas y han desistido de los boletines. En conjunto se calculan pérdidas semanales de un millón de mails.
Al ser el 2008, un año de posicionamiento político de cara al año electoral, esta huelga podría convertirse en una auténtica catástrofe para los aspirantes a un cargo público. De acuerdo a estimados de los propios medios, debido a la crisis de guiones han dejado de publicarse al menos 14 artículos diarios destinados a ensalzar o criticar a un político. Y lo peor: el público ya empieza a aburrirse.
“Los lectores saben que sin la mala leche, los medios ya no son lo mismo”, declaró Mariana Orlachea, experta en periódicos y medios electrónicos.
Las campañas de descalificación entre posibles candidatos han quedado suspendidas por tiempo indefinido. Ningún columnista ha salido en defensa o detracción de nadie, lo que le ha quitado sabor a la lucha por los puestos de elección popular. Incluso, las conocidas figuras públicas que firmaban penetrantes columnas han dejado de hacerlo, ante la ausencia de gente que se las redacte.
Quizás uno de los sectores que más daños ha reportado por la huelga sea el Poder Legislativo. Recordemos que en la última sesión del 2007 (el 20 de diciembre, un mes después de que estallara el paro), ningún diputado pidió la palabra en Asuntos Generales, aún cuando meses atrás ese mismo espacio había sido utilizado para avivar encendidas polémicas respecto a temas urgentes como la seguridad y el derrame de petróleo.
“¿Hoy no va a hablar nadie?”, preguntó en aquella ocasión Laura Baqueiro, presidenta de la Mesa Directiva. “¿Nadie va a tratar nada?, ¿nada sobre el gasolinazo, diputado Cutz Can?, ¿nada sobre Pemex, diputado Cruz Coronel?”
“Es que el diputado Cruz Coronel no tiene quien le escriba”, dicen que gritó alguien dentro del recinto. Las risas del público inundaron la sala como si se tratara de una Sitcom.
La situación ha llegado a tal grado que la LIX Legislatura está pensando seriamente suspender su segunda temporada, al haberse agotado los guiones para sus sesiones. En su defecto los diputados analizan la posibilidad de reproducir viejos debates en tribuna a fin de seguir cobrando sus sueldos.
Recordemos que la última huelga de este tipo se dio en 1857 (crisis que no concluyó sino hasta 1863), cuando Pablo García, Pedro Baranda, Tomás Aznar, Juan García Poblaciones, entre otros guionistas campechanos, resolvieron separarse del sindicato yucateco, por su nula influencia en las decisiones del gremio.
Hasta ahora no se perfila solución alguna a este conflicto laboral que atañe a escritores, partidos y el Gobierno. Cabe destacar que el paro surgió después del fracaso en las negociaciones entre los guionistas y la alianza de políticos. Al parecer, a los líderes locales les pareció excesivo el porcentaje de ganancias que exigían los escritores por redactarles sus discursos o adularlos en sus columnas: el 0.2%.
2 comentarios
Rodrigo Solís -
Karenina -
Jejeje... me arranco una sonrisa esta frase.
Como siempre Eduardo, disfruto muchisimo tus escritos.
Saludos desde Cd. del Carmen.