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Tediósfera

Mi vida por una moto

Mi vida por una moto

Hasta antes de Telesur, sólo los accidentes congregaban a tantas personas alrededor de una moto. Parecería broma, pero la televisora local campechana convocó a trece concursantes a fin de conformar un reality que terminó siendo, como todas las series de su tipo, un “surreality”. El premio mayor era esa misma motocicleta y los concursantes se sujetaban a ella a sabiendas que el último en soltarla sería el ganador. El más persistente implantó un récord de 98 horas; más de 4 días en los que no fue al baño ni hizo otra cosa más que esperar a que los demás optaran por regresar a la vida.  
Él y la chica que ganó el segundo lugar alcanzaron estatus de héroes. Fueron visitados por el equipo de béisbol Piratas de Campeche y el diputado del tercer distrito arribó a darles ánimos. Casi en la recta final la gente los ovacionó quizás porque cumplieron como nadie el apotegma de que lo “difícil no es llegar sino permanecer”. La lenta agonía fue transmitida por cable minuto a minuto, como si capturar la cotidianidad fuese en sí mismo un desafío televisivo. Colmado el entretenimiento de gente normal que finge ser especial (los conductores locales salen con regularidad a la calle pero no te saludan), las cámaras volvieron a las personas comunes un poco para ver cómo era la vida sin guión ni maquillaje.
¿Qué se logró? Primero que nada un récord impensable de audiencia. Según datos de la televisora se recibieron 22 mil 300 mensajes de apoyo por celular y 5 mil 612 llamadas telefónicas. Imposibilitada la ciudad para un estudio de raiting, el impacto pudo palparse en la plática cotidiana, que a fin de cuentas avaló lo dicho por la empresa: a la gente le interesaba saber quién sería el último en soltar aquella moto. Y lo más sorprendente: les resultaba entretenido.
¿Cómo puede explicarse el fenómeno? Tengo una teoría: la persistencia. Los mexicanos veneramos la perseverancia sobre cualquier otro valor hasta extremos anómalos. ¿Se premia a los buenos maestros? ¡No! Se reconoce a los que llevan más años frente a un grupo. ¿Cómo valuamos a un matrimonio exitoso? Por el medio siglo compartido bajo un mismo techo. Algo similar sucede en el reality de la moto: sólo la resistencia, como si se tratara de aquellos náufragos mexicanos en el Pacífico, es digna de admiración.
Pero hubo otra consecuencia: el segundo lugar se robó el espectáculo. Ser la única mujer que llegó al final, hizo ver a Mercy Ceh Solórzano como si se tratara de Sor Juana. Medio mundo tomó el micrófono para destacar que “era una ganadora”. Incluso, Luis Enrique Mendoza, el auténtico ganador de la moto, declaró: “Es una chava fuerte, yo tengo tres hijas. Le dije que espero que cuando mis hijas crezcan sean tan chingonas como ella”.
Vladimir de la Torre, uno de los conductores del evento, dijo en medio de la apoteosis que Mercy “era una digna representante de las mujeres campechanas”. ¿Eso qué significa?, ¿que saben sujetarse a algo y no soltarlo aún así se les vaya el tracto digestivo en ello? ¡No! ¡Significa que se plantean un objetivo y lo logran! (No se sabe si eso se circunscribe solamente a sujetar a una moto).
Pero hay más. Sobreexpuestos a la TV (incluso pueden poner en sus currículos que tienen una experiencia de 98 horas delante de una cámara profesional), los finalistas han alcanzado esa celebridad pequeña que dan las ciudades de provincia.  Reconocibles ya, invitados a programas posteriores, los tres finalistas obtuvieron cada uno una moto (esa jugada mediática que ya sospechaban, pero que no les impide gritar cuando se les anuncia). ¿Qué será de ellos? No lo sé. Pero que uno haya declarado que esas 98 horas fueron las más divertidas de su vida, me hacen conjeturar algunas respuestas.  

3 comentarios

Carly -

Wow pues me parecer super este reality
yo soy de campeche y mercy es mi amigas
no saben que angustia tner que verla en tele todo el dia
sobre todo cuando decia q ya se iba a soltar
todo campeche gritaba : "nooooo"

p -

Cuando tenga hijas, espero que también sean capaces de sujetar una moto por más de noventa horas. En definitiva, un ejemplo que la sociedad haría bien en emular. Felicidades por el escrito, es excelente.

Alex -

No hay nada más cierto y divertido que lo que he leído, felicidades, muy buen blog.