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Tediósfera

¿Me podría repetir la pregunta?

¿Me podría repetir la pregunta?

No importa cuántas restricciones pongan los institutos electorales en el país para contener a los adelantados, siempre habrá maneras de burlar la ley, hacer campaña antes de tiempo, promoverse a ras de suelo sin recurrir a las propagandas evidentes, salir en los medios, poner el nombre sobre la mesa.  
Para no ir muy lejos, e
ste jueves tocó a mi puerta una señora que sudaba como si estuviera en la última etapa de un pentatlón; me preguntó si podía hacerme algunas preguntas para una encuesta. Por supuesto accedí.

“¿Cuál cree usted que sea el mayor problema en el estado?”, me dijo.
Contesté cualquier cosa y hasta ahí todo parecía una serie de preguntas inocentes, planteadas para constatar los lugares comunes de la ciudadanía. La ilusión de que el asunto era serio acabó demasiado pronto.
La señora me mostró la foto de un diputado local, una foto de estudio, la imagen de un hombre que pretende darnos a entender que mira muy lejos, quizás un poco más allá del objetivo de la cámara.

“¿Conoce usted a esta persona?”.
Por supuesto, pensé, todavía hace unos minutos, mientras revisaba el periódico, acababa de leer una declaración suya y sus ojos mostraban ese gesto de quien necesita un par de gafas urgentemente.
“Sí, se trata de Robespierre Santoyo”.
Es evidente que no estoy usando el nombre verdadero del legislador para no herir susceptibilidades. Sin embargo, he de apuntar que este nombre es real, pues lo saqué de la sección de policía del diario. (Un consejo: si te llamas Robespierre conviene tener un perfil bajo, por favor, no choques y no intentes robar nunca nada).

La señora palomeó un apartado de su hoja como diciendo: ya tenemos un voto más asegurado. Su papada temblaba de felicidad.

“La Legislatura a la que pertenece el licenciado Santoyo ha sacado leyes como las de Transporte y… y Via-li-dad, donde buscado se… donde se ha buscado el bene-beneficio ciudadano. ¿Cree usted que las… las leyes de Vialidad-Transporte servirán para mejor via…, para mejo-¡rar! la vialidad y el transporte?”

En un principio pensé que la empresa encuestadora, a fin de pagar los más bajos salarios, había contratado a cualquiera que se ofreciera a recorrer a pie una colonia aún así no supiera leer una frase entera en voz alta. Luego caí en cuenta de que en realidad era una estrategia política: cuando uno no entiende nada, por lo general responde que sí a cualquier pregunta:

“Sin lugar a dudas”, dije sólo para ver la alegría inundar el rostro de mi interlocutora. Ella siguió hablando con los mismos tropiezos que tienen los artistas extranjeros que quieren aprender albures en español.

Dándole un poco de lógica a sus palabras, la segunda pregunta podría plantearse de esta manera: “En la legislatura a la que pertenece Robespierre Santoyo se aprobó una ley que protege a las mujeres del maltrato y que castiga con mayor fuerza a quien a golpee o ejerza la violencia ya sea física, psicológica o económica…”

“Y la pregunta es…”, interrumpí.

“La pregunta es: ¿sabía usted eso?”.

Mi rostro de desilusión antecedió mi respuesta: “Ahora ya lo sé”.

Ella apuntó en el recuadro: Sí.

Lo que pasaba en ese momento por mi mente era otra pregunta: ¿qué tipo de encuesta era ésa? Busqué en la camisa y gorra de la mujer un logotipo, una razón social que me diera una pista del responsable de ese horror. Hallé ambos, pero no me interesa especificarlos ahora, pues la mayoría de esas firmas tiene nombres olvidables con palabras como “Soluciones”, “Integral” o “Multialgo”. Lo que no entendía era el sentido de todo ese cuestionario: ¿me estaba preguntando o me estaba informando? Cualquiera que haya sido la intención, parecía estar fallando, a menos que el propósito haya sido despertar lástima hacia el diputado. Es decir, ahora sólo podía pensar en Robespierre Santoyo como a un pobre tipo estafado por una supuesta empresa de opinión.

La señora no dejaba de hablar. La tercera pregunta englobaba el número de leyes propuestas por el diputado Santoyo, sin especificar cuáles habían sido aprobadas o no. Todas tenían nombres enfocados hacia a algún sector social: los niños sin hogar, las personas con discapacidad, las mujeres trabajadoras. Alguna que otra hacía referencia a cosas tan simples como dejar de llamar a los ancianos “viejos recalcitrantes” y empezar a decirles “representantes de la tercera edad”, pero en sus nombres rimbombantes esas iniciativas parecían estar salvando a centenas de ancianos, mujeres y niños del desamparo.

Así siguió la encuesta, inquiriéndome si consideraba que tal o cual acción del diputado Santoyo beneficiaría a tales o cuales personas. A todo respondía que sí, que tenía la impresión de que Santoyo podría haberse incluso inmolado a sí mismo si eso garantizaba la salvación de delfines en Ciudad del Carmen y que no sólo me parecía el hombre ideal de su partido para candidato a gobernador sino el hombre al que hubiera escogido como padre, en caso de que uno pudiera participar en ese tipo de elecciones. 

La mujer palomeaba su hoja a punto del éxtasis.

La última cuestión era saber –después de todo ese primer informe de logros legislativos que me había proporcionado- qué opinión tenía yo del diputado ateniéndome a alguna de estas tres opciones:

a) Trabajador, comprometido, luchador social.

b) Incorruptible, solidario, estadista.

c) Magnánimo.

Dije que la primera opción me parecía bien.  

La señora me preguntó mi edad y el número de mi casa y se marchó. Sólo una hora después, cuando quise salir a comprar, caí en cuenta de que había dejado “por descuido” una foto del tal Robespierre debajo de la puerta. Como poseído por el espíritu de una turba, fui a la guillotina de papel que tengo en el cuarto y la hice tiritas.

5 comentarios

Laura Trujillo -

"NO ESTOY EN EDAD DE VOTAR" O ALGUNA EXCUSA HUBIERA DADO PARA NO RESPONDER TAL ENCUESTA. QUE PACIENCIA LA TUYA MI QUERIDO EDUARDO. UNA VEZ MAS ME HAS ALEGRADO EL DIA. UN SALUDO

rodrigo solís -

Eso es lo lindo de los escuestadores. Son un termómetro de la imbecilidad o sagacidad de nuestros políticos. La próxima vez que te encuesten mándalos a mi casa. Yo quiero votar por Robespierre.

KurtC. -

Vaya Huchín ahora si te metiste en un problema con el señor Robespierre. Vaya, al menos tienes más paciencia que yo. Simplemente me iría con la respuesta que me adelantara 40 preguntas (como aquellas de cigarros: usted fuma? SI NO [en caso de ser negativa pasar a pregunta 65 y dar las gracias]).
Al igual empezaremos a ver al gober de Jalisco y el del Edo. de México haciendo campaña 4 años antes (al menos no 8 antes como el señor "Fotz").

Saludos!

Robespierre Santoyo -

orale no sabia que fuera famoso, siempre he tratado de tener un perfil bajo y no te permiti usar mi nombre



muy buen post por cierto

karol -

jajaja, bueno suelo ser menos condescendiente a estas encuestas, desafortunademente solo he atendido encuestas telefónicas